El proyecto minero Conga quedó suspendido por decisión de Yanacocha pero por pedido del gobierno de Ollanta Humala; sin embargo, nada confirma que no se vuelva a retomar esta interesante y tan beneficiosa propuesta económica para el Perú, pero que lamentablemente perjudicaba a más sujetos .

Nunca lograré entender por qué justo donde hay una comunidad, un pueblo indígena, un lago que abastece de agua a un pueblo, están también los minerales y recursos naturales que atraen tanto a la inversión extranjera, y que representan el 50% del PBI nacional. Ya sucedió en Bagua, en Majes-Siguas, y en el mismo Cajamarca con otras operaciones de Yanacocha.

Los medios jugaron su papel también, qué duda cabe. Los diarios Correo, Perú21, El Comercio, que mostraron portadas de resignación -unas más directas que otras- ante la declinación de parte de la minera por seguir con Conga; y los de la vereda del frente, La República y La Primera, que celebraron el respeto por no alterar el estilo de vida de los pobladores y el medio ambiente.

Pero a pesar de perder la posibilidad de una inversión por más de 4 mil millones de dólares, fue destacado el papel que las autoridades de gobierno jugaron al momento de ubicar dentro de sus agendas el trato a este tema tan polémico y siempre discutido.

Si bien el hecho de que el ministro de Energía y Minas, Carlos Herrera, haya subido al avión del propietario de Yanacocha, Roque Benavides, y se creara toda una especulación, llegando incluso, la población de Cajamarca, a exigirle su renunciar, creo que tanto Salomón Lerner como el mismo Humala, y también el ministro de Ambiente que no se guardó nada y dijo la verdad al indicar las afectaciones que tendría el lugar con la inversión minera.

Mi pregunta es ¿Podrá el Perú rechazar nuevamente un inversión minera cercana a la que generaría Yanacocha? o tal vez la pregunta es ¿Habrá otra oportunidad como esta?